A lo largo de los últimos años, las iniciativas de organizaciones benéficas, asociaciones profesionales y del sector público, han contribuido a situar la creación de bosques urbanos sostenibles en la lista de las metas principales a alcanzar. Para ello, es fundamental informar a políticos, responsables, planificadores y profesionales del diseño paisajístico de los verdaderos beneficios de los árboles urbanos.
A lo largo de este periodo, la investigación científica ha seguido aportando pruebas abrumadoras de los numerosos beneficios y ventajas que los árboles pueden aportar al entorno urbano, tanto en términos de su impacto social y económicos como medioambiental.
El hecho de que los árboles pueden mejorar la calidad de vida de los habitantes de las ciudades y contribuir positivamente a la planificación a gran escala y a las necesidades de infraestructura es ahora incuestionable. De hecho, el establecimiento de árboles urbanos sanos se está convirtiendo rápidamente en un componente central de las estrategias para alcanzar ciertos objetivos, como la gestión de los microclimas urbanos, la creación de sistemas urbanos de drenaje sostenible (SuDS), la mejora de la calidad del aire en las ciudades y el desarrollo de estrategias de reducción de emisiones de carbono.
