¿Alguna vez has plantado un árbol en una roca? Los árboles necesitan cantidades considerables de tierra con las características adecuadas de compactación, aireación, humedad y nutrientes para que las raíces puedan desarrollarse correctamente y madurar en suelos urbanos. En este post analizamos los principales beneficios de la celda de suelo frente al suelo estructural, sistema también utilizado en la plantación urbana.
El llamado suelo estructural se ha utilizado con frecuencia para lidiar con la compactación necesaria en suelos urbanos, lo cual resulta enormemente dañino para el árbol. Dicho suelo estructural resulta en una composición de un 80% aproximadamente de roca machacada, combinada con un 18-20% de sustrato, y posteriormente compactada al 95% proctor. La roca compactada es la encargada del soporte estructural necesario, con un pequeño volumen de huecos para el sustrato, lo cual deja a los árboles la difícil tarea de aprovechar al máximo los huecos rellenos de tierra.
Frente a esta alternativa, la celda de suelo ofrece rendimientos y beneficios que no se deben confundir cuando comparamos ambas soluciones. El suelo estructural conforma un entorno altamente compactado con un acceso insuficiente a suelos ricos en nutrientes. Puede que el árbol crezca bien en primera instancia, pero una vez que el sustrato esté agotado, junto con un sistema radicular débil, el árbol empezará a decaer.
GreenBlue Urban fue invitado a participar en un estudio en Bartlett Tree Labs, en Carolina del Norte (EE.UU) con el fin de analizar la efectividad del crecimiento de los árboles en varios suelos autoportantes. Se plantaron varios ejemplares de la especie Liriodendron tulipifera en dos zanjas de 60cm de profundidad y 150cm de ancho, con el fin de replicar situaciones similares a un árbol de viario. Así, se utilizaron seis tratamientos distintos de suelos, contando cada espacio de plantación con 1m3 de sustrato.
La composición de los alcorques fue la siguiente:
- Plantación de control, mezcla estándar compactada al 80% proctor.
- Plantación de control, compactada al 95% proctor para simular un entorno urbano típico.
- 2 tecnologías diferentes de celdas de suelo.
- Suelo estructural basado en arenas, consistente en 4 partes de arena, una parte de tierra vegetal y 1,5 partes de compost, compactado al 94-96% proctor.
- Suelo estructural consistente en 80% de rocas, 18-20% mezcla de sustrato y 0.003% hidrogel, compactado al 95% proctor (de acuerdo al Cornell University’s specification for CU Structrual Soil).
Tras un año de crecimiento, se midió la altura y envergadura de cada plantación, pudiendo comprobar que la tecnología de celdas aportó un crecimiento significativamente superior al resto, y en concreto la celda de GreenBlue Urban mostrado el mayor crecimiento. La velocidad de crecimiento de tales resultados captaron gran interés de cara a futuras investigaciones con pavimentos suspendidos, ya que estudios anteriores llevados a cabo también por expertos de Bartlett Tree tomaron varios años en alcanzar resultados relevantes.
El Doctor Thomas Smiley, investigador en arboricultura del equipo de Bartlett, dirigió este proyecto, que originalmente fue proyectado para tomar entre 5 y 10 años. Sin embargo, gracias a los resultados obtenidos en tan corto periodo de tiempo, pudieron tomarse conclusiones más tempranas y el estudio pudo ser condensado. “Estamos observando grandes diferencias en la salud y crecimiento de los árboles plantados el pasado año” explicaba el Doctor Smiley. Incluso antes de que la recolección de datos fuera completada, el doctor Smiley afirmó que “las fotos hablan por sí solas”.
Para leer más sobre suelos estructurales y celdas de suelo, descárgate nuestra publicación “Structural soil vs soil cells” aquí.